El origen de la convicción

De todas las veces que se toma una desción, siempre hay una constante, el miedo. En todos los matices, miedo a perder, miedo a cambiar, miedo a sufrir, miedo, miedo, miedo. Siempre influyendo en el curso de las acciones de cualquier persona, se nace con instinto de auto preservación, pero la realidad es que el ser humano, hombre o mujer, utilizan el miedo de pretexto para dejar de vivir experiencias que afloran en su ser, deseos cegados por el condicionamiento de ideas aquiridas a través de otras personas con las que se ha interactuado con el transcurso de los años. Lo peor del caso es que esos pensamientos, ni siquiera les pertenecian a ellos tampoco, fueron heredados por sus predecesores, cumulos de condicionamientos imbuidos de generación a generación, tergiversando la capacidad de desción, alienando la comunicación con la propia conviccón. La mente se ha vuelto solo una maquina descompilando datos, con el día a día solo cumplimos ordenes dictadas por logismos estandares de experiencias dictadas por los demás, sin embargo hay conflicto en el interior,a pesar de seguir al pie de la letra cada una de las imposiciones, pues la naturaleza de nuestra existencia se basa en la libertad de sentir y hacer.

La convicción es un llamado del corazón, que advierte y motiva a hacer consiente la verdadera esencia de quien somos y que es lo que se quiere, el instito de sobrevir es parte integral del ser humano, pero el miedo es el condicionamiento de años de antiguedad que reprocha constantemente el derecho del libre albedrio. Cuando la conviccón se ve lesionada por la duda es solo el clamor del corazón anunciando sumision a estatutos interpuestos y la infidelidad de los propios codigos de vida.

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